La ciudadanía mundial nos unimos para exigir un sistema fiscal internacional justo
Juntos, instamos a los Gobiernos a que se
comprometan a que las grandes empresas paguen los impuestos que les
corresponden, así como a garantizar que los ciudadanos de todos los países
dispongan de servicios públicos gratuitos y de calidad, como la sanidad y la
educación. Por ejemplo, un reciente informe de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo reveló que los
países en desarrollo pierden cada año aproximadamente 100.000 millones de
dólares en ingresos fiscales como consecuencia de las prácticas de evasión y
elusión fiscal de las empresas. Esos fondos perdidos deberían destinarse a
financiar servicios públicos en favor del bien común.
En África, los sindicatos y otros ciudadanos se
están uniendo en defensa de la justicia fiscal y la inversión en servicios
públicos frente a la privatización. En América Latina, se están planeando distintas actividades de campaña
como el envío de cartas, vídeos y mensajes fotográficos a los líderes
gubernamentales. En la región de
Asia-Pacífico, los activistas están celebrando reuniones informativas sobre
justicia fiscal con representantes políticos, además de participar en la petición
con foto de la campaña. En Europa y Norteamérica, las
agrupaciones locales están organizando proyecciones de películas y debates,
marchas en bicicleta por la justicia fiscal y otros eventos creativos.
Esta campaña se basa en las conclusiones de la
Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa
Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés). La Comisión, de la que forman
parte José Antonio Ocampo, Joseph Stiglitz, Magdalena Sepúlveda y Eva Joly, realizó
una importante declaración a principios de
junio en la que instaba a llevar a cabo una profunda reforma del obsoleto
sistema internacional de tributación de las grandes empresas.
Dentro de un mes, los Gobiernos se reunirán en Adís
Abeba (Etiopía) para decidir cómo financiar la lucha contra la pobreza y la
desigualdad. Se trata de una oportunidad histórica para reformar el sistema
fiscal mundial. Mientras los Gobiernos se reúnen para la última ronda de negociaciones
previa a la cumbre y los activistas lanzan la Declaración de Lima para la
justicia fiscal y los Derechos Humanos con motivo del Día Mundial de los
Servicios Públicos, nosotros tenemos una oportunidad única para impulsar un
sistema fiscal más justo para todos.
Juntos, podemos exigir un sistema fiscal
internacional que defienda los intereses de la mayoría y no sólo los de una
minoría. Podemos exigir a nuestros Gobiernos que combatan la evasión y elusión
fiscal para que los países puedan proporcionar servicios educativos y sanitarios
públicos, gratuitos y de calidad para todo el mundo; servicios que tantas
personas necesitan desesperadamente.
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