Se incrementa de forma grave la violencia en la parte oriental del Congo tras la toma de control de las milicias


·         Las matanzas, los secuestros, las violaciones y el número de desplazados aumentan sin control en la región de los Kivus

·         Intermón Oxfam recuerda que las Naciones Unidas, la comunidad internacional, el gobierno del Congo, así como los gobiernos regionales tienen la responsabilidad de detener esta catástrofe

·         Desde el pasado mes de enero, se han contabilizado más de 20.000 casos de cólera  y 481 muertes a causa de esta enfermedad

 Millones de personas en la zona oriental de la República Democrática del Congo se encuentran a merced de las milicias, en un momento en que el conflicto crónico que vive el país se recrudece hasta límites insospechados con matanzas indiscriminadas, secuestros y todo tipo de abusos contra la población civil, según ha alertado hoy Oxfam –Intermón Oxfam en España-. 

Las organizaciones locales con las que trabaja Oxfam en la zona han confirmado un fuerte aumento del número de niños forzados a incorporarse a las milicias, de asesinatos, de  saqueos y de violaciones a mujeres en las dos provincias orientales de Kivu del Norte y del Sur, debido a un vacío de seguridad y a la proliferación de grupos armados.

Según Oxfam, los grupos rebeldes han tomado el control de amplias franjas en el este del país, lo que ha provocado en esas zonas una ausencia total de autoridad por parte del gobierno y de gran inseguridad. Cerca de medio millón de personas han abandonado sus hogares en los últimos cuatro meses y lo que se denominaba hasta ahora crisis humanitaria ha pasado a calificarse como situación de “catástrofe”.

Para Oxfam, la protección de la población civil y la búsqueda de una solución a la dimensión regional que ha cobrado el conflicto deben estar presentes en las negociaciones que los líderes regionales están llevando a cabo en la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos que acaba hoy en Uganda.

“El día en que las masacres empezaron a pasar prácticamente inadvertidas, alcanzamos una nueva cota de miseria en el conflicto que se vive en el Congo” ha afirmado Elodie Martel, directora asociada de país de Oxfam. “Hay amplias franjas en el este que están sumidas en el caos sin presencia del gobierno ni fuerzas de protección. Se ha dejado a la población a su suerte y expuesta a matanzas, violaciones, saqueos y  extorsiones. Intentan escapar para salvar sus vidas pero se está haciendo muy poco para ayudarles”.

En el mes de abril, un motín en el seno del ejército gubernamental provocó en el este del país una nueva rebelión, conocida como “el M23”, lo que  desembocó en una ofensiva del gobierno sobre la ciudad de Rutshuru en Kivu del Norte. La atención puesta en el M23 ha arrastrado a las fuerzas de seguridad fuera de otras áreas del este del país con una estabilidad muy precaria, lo que está dejando el terreno libre a milicias oportunistas enfrentadas por el control de aldeas y ciudades.

Cólera en los campos de refugiados

Según los informes de las autoridades locales y de las Naciones Unidas, el ataque en las aldeas de Kivu del Sur ha dejado un balance de cientos de muertos, casas quemadas y  personas secuestradas. En este contexto, una aldea de Lubero, situada en Kivu del Norte, ha permanecido bajo el control de un conocido grupo rebelde desde el mes de mayo y sin presencia de la policía, del ejército o  de las fuerzas gubernamentales.

Cada vez hay más personas forzadas a trabajar y a las que se les imponen multas de 10 dólares por no cooperar. Asimismo, otras personas han sido raptadas por denunciar abusos, según muestran informes de los grupos locales con los que trabaja Oxfam.

Oxfam denuncia que las consecuencias de este conflicto en términos humanitarios son enormes. El cólera es un riesgo real en los campos de desplazados que rodean Goma y en muchas otras zonas del este. Desde el mes de enero ha habido más de 20.000 casos de cólera y 481 muertes en todo el país. Además, el contexto de inseguridad hace que el suministro de ayuda a las zonas más remotas o afectadas por el conflicto sea extremadamente difícil.

Según explican las organizaciones locales socias de Oxfam, este momento es clave para las cosecha pero la población está demasiado asustada para ir a trabajar a los campos lejos de sus hogares y, por tanto, no pueden recolectar. Como consecuencia una gran cantidad de grupos rebeldes están apropiándose de las cosechas o imponiendo impuestos ilegales cuando los agricultores tratan de transportar sus productos al mercado.

 La portavoz de Oxfam ha señalado: “La falta de acción a la hora de detener las masacres y abusos contra el pueblo congoleño es espantosa. Las Naciones Unidas, la comunidad internacional y el gobierno del Congo, así como los regionales tienen la responsabilidad de detener esta catástrofe de una vez por todas. No deberíamos seguir llamando a esta situación una guerra olvidada. Realidades como la tortura, el control por parte de los rebeldes y el terror absoluto deberían quedar grabados en la mente de todos los políticos y ser un asunto prioritario en sus agendas”.

En este contexto, Francisco Yermo, responsable de Advocacy Humanitario de Intermón Oxfam, ha resaltado que proteger a los civiles de conflictos como el del este del Congo es uno de los pilares que contempla  la estrategia de seguridad de España. “Nuestro  Gobierno debe aprovechar las tribunas que le brinda la UE o la diplomacia bilateral con los países de los Grandes Lagos para mostrar tolerancia cero con las masacres y abusos a la población congoleña,  así como exigir a todos los actores armados que protejan a la población civil”  ha concluido Yermo.

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