¿Qué aprendimos en el curso 'Desigualdad y Derechos Humanos'?
Del 13 al 17 de julio nuestras voluntarias Marina, Virginia y Laura estuvieron en el
curso de verano ‘Desigualdad y Derechos
Humanos’ organizado por Oxfam Intermón y la Universidad Internacional de
Andalucía en el campus de Santa María de La Rábida, ubicado en Palos de La
Frontera, Huelva.
La crisis económica y financiera de 2008 ha
puesto en jaque los cimientos sobre los que creíamos que tan firmemente
asentadas estaban nuestras sociedades democráticas. Así, de acuerdo con Philip
Alston, repporteur especial de Naciones Unidas para la pobreza y encargado de
dar la ponencia inaugural de este curso, los
Derechos Humanos se enfrentan a enormes
retos en casi todas partes y, además, deben ser ampliados teniendo también en
cuenta los derechos económicos, sociales, culturales, y medioambientales.
Asimismo, la desigualdad extrema se afianza, incrementando las diferencias
entre quienes poseen la mayor parte de los recursos y quienes apenas cuentan
con ellos para sobrevivir.
En este contexto, nos enfrentamos a enormes
retos y, como voluntarios/as de una organización que trata de remover las
raíces de la pobreza y la desigualdad, debemos tener los argumentos y
conocimientos necesarios para saber hacerles frente. Así, debemos estar
preparados/as de cara al próximo septiembre, pues el final de este 2015 se
presenta apasionante, pero también desafiante: además de las elecciones
generales que tendremos en España dentro de poco, en septiembre, se celebrará la Cumbre
Especial sobre Desarrollo Sostenible y, en diciembre, la
Cumbre del Clima de París. De este modo, tendremos que alzar nuestra voz y demostrar a la comunidad
internacional lo que la ciudadanía global quiere y apoya: más derechos y menos
desigualdad.
Partiendo de esta base, a continuación
haremos un repaso a algunos de los contenidos tratados en el curso ‘Desigualdad
y Derechos Humanos’:
Los Derechos
Humanos como la piedra angular de todo el sistema
De acuerdo con Alston, “los Derechos Humanos
están siendo atacados desde muchos frentes. Hay gobiernos que desafían los
Derechos Humanos”. Pero no solo eso: después de más de medio siglo desde que
éstos fueron creados, ahora se presenta la necesidad de ampliarlos y
reforzarlos. Esto pasa por proteger los
derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales en la misma medida
que los derechos civiles y políticos que son los que, hasta el momento, han
recibido un mayor grado de protección. Como afirmó Alston, la distinción
entre unos derechos de ‘primera’ (los civiles y políticos) y de ‘segunda’ (los
económicos, sociales, culturales y medioambientales) “es muy artificial. Oculta
que el dinero es muy importante en los derechos civiles y políticos”. De este
modo, de acuerdo con el repporteur especial de Naciones Unidas para la pobreza,
un sistema que se preocupa de que las personas no tengan ningún ataque físico,
pero que no hace nada cuando la gente muere de hambre es absurdo.
En este sentido, los Estados deben ofrecer el
mismo grado de protección a los derechos económicos, sociales, culturales y
medioambientales de manera que las personas puedan denunciar su incumplimiento.
No debemos caer en el error de que proteger estos derechos sería en exceso
gravoso para los Estados, pues, como señaló Alston, “todos los países tienen los recursos necesarios si los usan de manera
adecuada”. Desde esta perspectiva la política fiscal debe verse como una
cuestión de Derechos Humanos.
Ante este necesario refuerzo y protección de
los derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales, Amnistía
Internacional, Greenpeace y Oxfam Intermón han lanzado la campaña Blinda
tus derechos. Cambia el artículo 53. Dicha campaña tiene como objetivo poner en marcha una reforma de la
Constitución española, para acabar, dentro del Estado español, con la
distinción entre derechos de ‘primera’ y derechos de ‘segunda’, distinción
que contradice el principio de indivisibilidad de los Derechos Humanos. Esta
reforma constitucional es necesaria porque hay derechos que están
insuficientemente protegidos o no se recogen como, por ejemplo, el derecho de
asilo. Además, los derechos económicos, sociales y medioambientales no son
directamente reclamables ante la justicia por la ciudadanía.
Vídeo de la campaña Blinda tus derechos:
Vídeo de la campaña Blinda tus derechos:
La campaña, como recordó Beatriz Perales de
Amnistía Internacional, implica que los
partidos políticos incluyan esta reforma en sus programas políticos de cara a
las próximas elecciones generales, hacer un seguimiento personalizado tras las
elecciones presionando para que se lleve a término la reforma constitucional y
movilizar a la ciudadanía para que presione y demuestre que está implicada y
que se interesa por proteger y reforzar sus propios derechos.
Además, esta reforma constitucional
permitiría empezar a tomar más en serio
los derechos medioambientales. Estamos en un momento crucial para plantearnos
un cambio de sistema, ya no solo porque el actual genera pobreza y desigualdad,
sino también porque está poniendo a prueba los límites del planeta. Así, según
Kate Raworth, researcher de la Universidad de Oxford, se debe empezar a mirar el progreso como un donut donde se ha de buscar
el equilibrio entre los Derechos Humanos y los límites del planeta, dejando,
por tanto, de ver la economía como una línea siempre creciente que no tiene en
cuenta el coste ambiental del progreso.
Ponencia de Kate Raworth:
En este sentido, juegan un papel crucial las
energías renovables. De esta manera, de acuerdo con Mario Rodríguez, director
de Greenpeace en España, la fórmula de
un futuro sostenible pasa por crear un sistema energético basado en las
energías renovables que genere empleo y tejido industrial. Así, a través de
diversos estudios, Rodríguez demostró que las energías renovables generan
resultados positivos en la marcha de la economía, el empleo, la factura en el
hogar y el medio ambiente. “Es indecente
que digan que no se puede cambiar el sistema porque genera paro, porque es
caro. Esto es mentira”, afirmó Rodríguez. Asimismo, apostó por
desideologizar el debate en torno a las energías renovables. Éstas deberían ser
una apuesta de futuro independiente del color del gobierno de turno porque, al
fin y al cabo, estamos hablando del futuro de nuestro hogar, de nuestra
preciosa Tierra.
La desigualdad: el
gran reto de nuestro tiempo
En octubre de 2014, desde Oxfam Intermón,
lanzamos la
campaña IGUALES. Acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las
reglas que trata de llamar la atención sobre el aumento de la
desigualdad extrema en el mundo y trata de poner freno a esta situación. Como
afirmó Jaime Atienza, director de Campañas y Ciudadanía de Oxfam Intermón, “tenemos cada vez más sociedades que están
rotas por el medio”, hecho que implica una desaparición de la clase media y una
polarización de la sociedad. Además, esta creciente desigualdad está menoscabando
los logros alcanzados en la reducción de la pobreza. De igual modo, también
supone un debilitamiento de los espacios de integración. Así, de acuerdo con
datos aportados por Rubén Lasheras, investigador de la Cátedra UNESCO de
Ciudadanía, Convivencia y Pluralismo de la Universidad Pública de Navarra e
Investigador en ALTER Grupo de investigación en el Departamento de Trabajo
Social de esta misma Universidad, en 2013, solo el 34,3% de las personas
estaban en una zona de integración, mientras que el resto de la población
estaban en zonas de vulnerabilidad. Las mujeres están más expuestas a esta
vulnerabilidad y cuanto más más joven se es, mayor es el riesgo de pobreza y
exclusión. Asimismo, el trabajo ha dejado de ser una garantía de integración.
Se ha llegado a una situación de subasta de empleo donde las personas
incrementan su nivel de aceptabilidad hacia empleos precarios, renunciando con
ello a algunos de sus derechos laborales.
Anuncio de la campaña IGUALES:
Los efectos más sangrantes de esta
desigualdad se ven en la pobreza y vulnerabilidad infantil. Como afirmó Gabriel
González-Bueno, responsable del área de Políticas de Infancia en UNICEF España,
“la pobreza es un daño a las
expectativas de los padres, pero también a las de los niños”. De igual
modo, la pobreza afecta directamente al desarrollo físico y mental de los/as
más pequeños/as y no es algo que se acabe cuando estos/as niños/as crecen: la
pobreza infantil es un problema que arrastrarán durante el resto de sus vidas.
En definitiva, como indicó Juan Torres,
catedrático de Economía aplicada de la Universidad de Sevilla y miembro del
Consejo Científico de ATTAC en España, “el
mayor escollo es la desigualdad” porque representa el vértice de una serie de
problemas económicos, sociales, institucionales, etc. que cuando llegan a un
determinado punto impiden ejercer los Derechos Humanos. Asimismo, como explicó
Torres, el hecho de que cada vez menos personas se hallen integradas
socialmente y de que las diferencias entre la ciudadanía sean cada vez mayores
repercute directamente en la salud de nuestra democracia: si las diferencias
intergrupales e intragrupales son cada vez mayores, generar consenso y diálogo
entre la ciudadanía se vuelve imposible, pues dejan de haber lazos que nos unan
como sociedad. Nos convertimos en individuos encumbrados en nuestra riqueza o
completamente depauperados en nuestra pobreza.
La democracia deja de ser el mejor escudo contra la desigualdad.
De acuerdo con Atienza, la desigualdad tiene dos causas fundamentales:
- · El fundamentalismo del mercado: el sistema, tal y como está diseñado actualmente, genera una acumulación desproporcionada de capital en manos de los más ricos. Sin embargo, a pesar de los fracasos del capitalismo, aún predomina la opinión de que éste va a salvar el mundo.
- · El secuestro democrático: se trata de la presión ejercida por los más ricos a los poderes públicos para que éstos adopten decisiones que benefician a los primeros. De igual modo, como explicó Atienza, las grandes corporaciones realizan “una explotación de todos los resquicios de la ley” para evitar el pago de impuestos en los lugares en los que desarrollan su actividad económica.
No obstante, también hay motivos para ser
optimistas. “Sabemos lo que hay que
hacer. Hace falta la voluntad de ponerlo en marcha”, señaló Torres. La mejora
en los servicios públicos, leyes progresistas, elecciones pacíficas, beneficios
ampliamente repartidos entre toda la sociedad, apoyo a las fuentes locales de
producción y consumo, conversación de los recursos naturales, Estados dinámicos
y democratizados, etc. son medidas que funcionan para frenar la desigualdad.
En este sentido, de acuerdo con el director de Campañas y
Ciudadanía de Oxfam Intermón, los esfuerzos de la campaña IGUALES se están centrando en tres ejes:
- La fiscalidad como base para la redistribución de la riqueza y las oportunidades. La fiscalidad necesita de recursos suficientes con un cambio de los sistemas impositivos para que sean más progresivos. Estos elementos son claves para generar un modelo social más exitoso.
- Políticas públicas como la educación, la salud, la vivienda, el agua y el saneamiento, la pequeña agricultura bien gestionada, la transparencia y la rendición de cuentas.
- .Derechos laborales como, por ejemplo, una jornada de trabajo digna, salarios mínimos que permitan cubrir la canasta básica familiar, condiciones ambientales y sociales adecuadas, etc.
La fiscalidad: una
de las claves del éxito
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Nuestra voluntaria Virginia tomando apuntes |
De este modo, como explicó Xavier Cassanovas
de la Red de Justicia Fiscal, la
fiscalidad es sobre todo un tema político. Después de la II Guerra Mundial,
en Europa, se creó un Estado del Bienestar fuerte que buscaba una situación
igualitaria entre todos los ciudadanos y ciudadanas promoviendo una
responsabilidad colectiva. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, se ha
instalado el discurso de que el modelo europeo es insostenible y se ha
comenzado a desmantelar el Estado del Bienestar, apostando por un sistema más
similar al modelo americano, donde se promueve una igualdad de oportunidades y
una responsabilidad individual. Ahora nos encontramos en un momento clave para
decidir qué Estado del Bienestar queremos y, a partir de ahí, diseñar, el
sistema fiscal necesario.
Lo que sí es un hecho, de acuerdo con los
datos aportados por Cassanovas, es que
el ingreso público en España es un 9% más bajo que la media de la Unión
Europea. De igual modo, en nuestro
país se da una situación paradójica, ya que hay unos impuestos altos, pero una
baja recaudación. Así, hasta diez
diferentes estudios y evaluaciones de instituciones nacionales e internacionales
sitúan el fraude fiscal y la economía sumergida entre el 23-25% del PIB
español. El 71,77% de este fraude proviene de las grandes fortunas, las grandes
empresas y las corporaciones. El
total de fraude fiscal y laboral se lleva anualmente en este país 89.885
millones de euros.
Todo esto es
posible porque tenemos un sistema fiscal que permite que las grandes empresas y
fortunas puedan forzar los límites de las reglas para pagar menos impuestos, como afirmó Susana Ruiz, responsable de
Justicia Fiscal de Oxfam Intermón,. Algunas de las prácticas llevadas a cabo
para forzar dichos límites son, por ejemplo, el abuso en los precios de las
transferencias, los préstamos entre empresas del mismo grupo, la deslocalización
de intangibles como, por ejemplo, las marcas, la propiedad intelectual, los
servicios, entre otras. En este sentido, el sistema fiscal está obsoleto y no
responde a la realidad actual. Por ello, es
necesario generar una nueva arquitectura fiscal entre todos los países en
igualdad de condiciones. Sin embargo, la
reciente Cumbre de Financiación al Desarrollo de Adís Abeba ha decepcionado en
este sentido, pues la comunidad internacional no ha dado pasos en esta
dirección.
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El curso también dio la oportunidad de conocer a nuevas personas e intercambiar ideas |
Para el caso español, de acuerdo con Braña, resulta
necesaria una reforma fiscal que reduzca los niveles de fraude y los gastos
fiscales. En palabras del catedrático de la Universidad de Salamanca, “tiene
que haber una reforma por el lado de los derechos”. Asimismo, se deben abordar
los paraísos fiscales y dotar a la Agencia Tributaria de más recursos,
actualmente infracapacitada, al mismo tiempo que se garantiza su independencia.
¿Y dónde está la
ciudadanía?
Si algo bueno puede salir de esta crisis que
se está llevando por delante, derechos, futuros y vidas, es nuestra capacidad
como ciudadanía para responder con contundencia, para empoderarnos, para exigir
aquello que queremos. Así, las últimas sesiones de este curso estuvieron
dedicadas a mostrar algunos ejemplos de empoderamiento ciudadano. Virginia
Rodríguez, responsable de proyectos e investigadora en PorCausa, nos mostró Carmen
y Jimena. Futuro imperfecto, un documental donde se narra la historia
de la inequidad en una misma ciudad. Dos jóvenes de casi la misma edad y de la
misma ciudad enfrentadas a perspectivas de futuro muy distintas por pertenecer
a distinta clase social. Todo un futuro hipotecado y vendido por la
desigualdad. En este sentido, como indicó Rodríguez, “el Estado ha dejado de
ser un igualador de oportunidades”.
Documental Carmen y Jimena. Futuro imperfecto:
Por su parte, Mickael Michel, de ATD Cuarto
Mundo, indicó que es necesario “ocuparse
de estos problemas antes de que sea demasiado tarde”. Es el momento de preocuparse por poner en marcha un modelo basado en
los Derechos Humanos que cuide de las personas más pobres, pues, como se ha
visto con la crisis, los problemas que antes acuciaban los más pobres, ahora
han empezado a acosar a las clases medias. En este sentido, señaló: “el
derecho no existe porque pago, sino porque soy”. Así, los derechos están para
que las personas tengan dignidad y no en función de su capacidad de pago. Sin embargo,
actualmente, lo que ocurre es que si se es pobre “la ley no está contigo y si
eres muy pobre está contra ti”, como explicó Michel.
Aida Quinatoa, activista y miembro de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca, nos trasladó su lucha para parar el
desahucio de su casa, todo un ejemplo de empoderamiento y poder ciudadano,
pues, tras cinco años de lucha, ella ha conseguido su objetivo. En su opinión, para salir de la crisis resulta vital
recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones y generar un
modelo social que garantice la igualdad.
Quinatoa nos puso este vídeo para repasar qué son los Derechos Humanos:
Quinatoa nos puso este vídeo para repasar qué son los Derechos Humanos:
La campaña IGUALES de Oxfam Intermón también
tiene como objetivo mostrar la relación entre todas estas cuestiones (fiscalidad,
gasto público, Derechos Humanos, etc.) tanto a nivel nacional como
internacional y darles visibilidad mediática. Todo ello con el objetivo de
influir en los programas de los partidos públicos de cara a las próximas
elecciones generales (y anteriormente en las elecciones locales y municipales),
en las decisiones de nuestros gobernantes y de buscar la implicación de la
ciudadanía, como explicó Rodrigo Barahona, coordinador de esta campaña. Así,
dentro de este marco, Oxfam Intermón junto a más de 150 organizaciones de la
sociedad civil, ha puesto en marcha la herramienta web poletika.org, que
desde el 8 de mayo de 2015, está haciendo un seguimiento a los discursos de los
candidatos a las elecciones generales en temas como conflictos armados,
sanidad, educación o cooperación al desarrollo. El objetivo de todo ello es conocer los compromisos reales de dichos
candidatos y ver después cómo se trasladan a sus programas políticos. Una vez
que se hayan celebrado las elecciones generales, se seguirá presionando al
candidato elegido como presidente para que cumpla los compromisos asumidos.
En este sentido, la herramienta también permite que la ciudadanía la emplee
para presionar a los candidatos a través de las redes sociales, pues éstas se
han convertido en un importante medio de influencia.
Estuvimos hablando una semana sobre la
desigualdad y los Derechos Humanos. Se comentaron muchos datos, ideas y
experiencias y, si hubiéramos querido, el tema se hubiera podido prolongar
durante semanas, meses e incluso años. Pero, una vez recogida esta impresión
general, llegó el momento de actuar. Es cierto que hay mucho trabajo que hacer
y puede que a veces nos gane el desánimo. Pero, al final, el futuro (y también
del presente) está en nuestras manos, pues, como explicó Federico Mayor
Zaragoza, director de la Fundación Cultura y Paz, “tenemos la capacidad de pasar
de una cultura de la imposición a una cultura de paz. De pasar de la fuerza a
la palabra”, de ser conscientes, críticos y activos/as para decidir qué sociedad
queremos construir entre tod@s.
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