Si no se actúa ya, la sequía podría convertirse en una catástrofe para 13 millones de personas en África Occidental y Central

·         Oxfam alerta de que más de 1 millón de niños está en riesgo de desnutrición  grave y en algunas zonas los índices de malnutrición superan ya el umbral de emergencia del 15 por ciento

·         En Chad, algunas poblaciones han optado por destruir hormigueros para recoger el grano que las hormigas han almacenado

·         Oxfam hace un llamamiento de emergencia de 37 millones de dólares para ayudar a más de 1 millón de personas de las poblaciones más vulnerables

Intermón Oxfam en España ha alertado de que, si no se toman medidas urgentes, más de 13 millones de personas en la zona del Sahel en África Occidental y Central estarían en grave riesgo de crisis alimentaria, entre ellos más de 1 millón de niños podrían padecer desnutrición grave. La situación podría desembocar en una emergencia humanitaria a gran escala, teniendo en cuenta que en la región ya se registran tasas de malnutrición de entre el 10  y el 15 por ciento, y en algunas zonas estos índices superan el umbral de emergencia del 15 por ciento.

"Millones de personas están en al borde de una grave crisis. Todo apunta a que la sequía que azota esta parte del continente africano se tornará en una catástrofe humanitaria si no se  actúa con inmediatez. El mundo no puede volver a permitir que esto suceda. Se necesita un esfuerzo de ayuda concertado para impedir la muerte de decenas de miles de personas ante la pasividad internacional” ha señalado el responsable de Advocacy Humanitario de Intermón Oxfam,  Francisco Yermo.

La combinación letal de factores tales como los altos precios de los alimentos,  la sequía,   la pobreza arraigada y los conflictos regionales ha llevado a que países como  Chad, Burkina Faso, Malí, Mauritania, Níger y el norte de Senegal  se enfrenten otra vez a la amenaza de una grave crisis. Así, en Mauritania, unas 700.000 personas, casi una cuarta parte de todas las familias, tienen dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias diarias. En algunas partes de Senegal también ha aumentado el porcentaje de población que se enfrenta a una situación de inseguridad alimentaria.

En Chad, 3,5 millones de personas, más del 30 por ciento de la población, ya la padecen. Algunas poblaciones han asegurado que, a menos que obtengan ayuda, tendrán que abandonar sus hogares en el plazo de un mes. A día de hoy, en algunas comunidades han optado por destruir hormigueros para recoger el grano que las hormigas han almacenado.

Ante este preocupante escenario, Yermo ha recordado: "El año pasado fuimos testigos de una situación fuera de control en el este de África, cuando la comunidad de donantes no reaccionó con la rapidez que la grave crisis requería. Lo peor puede evitarse y salvarse miles de vidas si actuamos ahora”.

En este sentido, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo  declaró en su primera comparecencia en febrero ante la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados: “Resulta intolerable que en pleno siglo XXI sucedan catástrofes como la crisis alimentaria en el Cuerno de África”. Según  Yermo,  “este compromiso tiene que convertirse en una contribución decidida de España a los esfuerzos de la comunidad internacional y de los gobiernos de la región para frenar la crisis alimentaria en el Sahel.”


Llamamiento de emergencia de Oxfam de 37 millones de dólares
Las próximas cosechas en el Sahel no tendrán lugar hasta octubre. Es por tanto crucial, realizar un esfuerzo de ayuda concertado desde ahora. La ONU ha estimado que se necesitan 724 millones de dólares para hacer frente a las necesidades actuales, una cantidad que podría aumentar a medida que avance la crisis. A pesar de que algunos países han comenzado ya a destinar fondos y la Unión Europea, en particular, ha donado de manera generosa y temprana, aún se necesita más de la mitad de la ayuda solicitada.

“Las recientes medidas de activación de convenios  con actores humanitarios y las propuestas de financiación a organismos multilaterales que está tomando España son un buen paso para  contribuir a atajar una posible catástrofe alimentaria en el Sahel. Pero hace falta  que se consoliden estos esfuerzos. Es necesario, por un lado, que el Gobierno español afiance la relación estratégica que mantiene con los países de la región y su liderazgo en políticas agrícolas. Por otra parte, la cooperación española debe incluir la reducción del riesgo de desastres y la prevención de crisis alimentarias como temas transversales y prioritarios de su nuevo plan para los próximos cuatro años” ha explicado el portavoz de Intermón Oxfam. 

En este contexto, Oxfam hace un llamamiento de emergencia de 37 millones de dólares para ayudar a más de 1 millón de personas de las poblaciones más vulnerables del Sahel para suministrar principalmente servicios básicos como agua, saneamiento e higiene, así como comida, dinero y apoyo a la ganadería.

Altos precios de los alimentos, malas cosechas y miles de refugiados
En toda la región, los precios de los alimentos se han incrementado en una media del 25 al 50 por ciento en comparación con el promedio de los últimos cinco años. Según las previsiones, los precios podrían aumentar entre un 25 y un 30 por ciento más durante el apogeo de la temporada de hambre, entre julio y agosto.  

Asimismo, la irregularidad de las lluvias ha traído como consecuencia una mala cosecha, especialmente en Níger, Chad, Mauritania, Malí y Burkina Faso. Según la FAO, la producción agrícola en la región se ha reducido un 25 por ciento desde 2010. La cosecha de cereales se ha reducido en 1,4 millones de toneladas en conjunto en los seis países del Sahel.

A pesar de que las cosechas en los países exportadores vecinos, como Nigeria, Benín y Ghana, han sido buenas, es poco probable que los excedentes logren cubrir las necesidades alimentarias del Sahel. En la actualidad, la ayuda alimentaria adquirida localmente es entre un 15 y un 20 por ciento más barata que en el mercado internacional pero, con los elevados precios y la incertidumbre de las provisiones, los costos del suministro de alimentos serán mucho más altos que en la crisis alimentaria de 2010, de la que la población ha tenido un escaso periodo de tiempo para recuperarse. . 

A esta grave situación se suman los conflictos  regionales como el del  norte de Malí, que ha obligado a cerca de 160.000 personas a abandonar sus hogares, más de la mitad de los cuales ha escapado a los países vecinos de Níger, Burkina Faso y Mauritania. La violencia en Nigeria también ha provocado una caída en el volumen de granos que entra en Níger y Chad.

 -Sobre la bajada en la producción de cosechas, el país más afectado es Mauritania, con una caída de 52 por ciento en la producción de cultivos desde el año pasado, en tanto que la producción de alimentos de Chad se ha reducido en un 50 por ciento y la disminución en Níger ha alcanzado el 27 por ciento.

-En la zona Tillabéri, en el oeste de Niger,las comunidades han visto cómo disminuyen sus reservas de alimento y se acumulan sus deudas. Las familias migran a las ciudades en busca de alimentos y empleo y, según cifras del Gobierno, unos 33.000 niños ya han abandonado la escuela para seguir a sus padres.

-Durante la última década, las poblaciones del Sahel  han sido golpeadas por un aumento en la frecuencia y gravedad de las crisis alimentarias.

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