Los fenómenos meteorológicos extremas podrían duplicar el precio de los alimentos en 20 años


Un informe de Oxfam afirma que las proyecciones realizadas sobre los efectos del cambio climático en el precio de los alimentos subestiman las previsiones al no tener en cuenta los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como las sequías y las olas de calor

Un informe hecho público ayer por la agencia internacional Oxfam, Intermón Oxfam en España, indica que los fenómenos meteorológicos extremos como sequías, inundaciones y olas de calor, podrían producir incrementos de los precios de los alimentos en un solo año comparable al que se registra en dos décadas. Es más, proyecta que este tipo de fenómenos podrían duplicar el precio de los alimentos básicos en los próximos 20 años en comparación a los precios registrados en 2010.

El informe “Clima al límite, precios al límite: el coste alimentario del cambio climático”, indica que las investigaciones que se han realizado hasta la fecha sólo tienen en cuenta los efectos graduales del cambio climático (cambios en las temperaturas, regímenes de lluvias…), pero no los fenómenos meteorológicos extremos y podrían así estar subestimando de forma significativa los efectos potenciales del cambio climático en el precio de los alimentos.

“Los picos en los precios alimentarios, como los que tienen lugar en el caso del maíz, la soja y el trigo en este momento, pueden tener consecuencias mucho peores para las personas que viven en la pobreza que los incrementos graduales de los precios, ya que pueden adaptarse con mayor facilidad a éstos últimos. La combinación de cambios a largo y crisis a corto plazo pueden resultar especialmente devastadoras”, afirma Lourdes Benavides, portavoz de Intermón Oxfam sobre seguridad alimentaria.

“Las escaladas de los precios de los alimentos son una cuestión de vida o muerte para muchas de las personas que viven en países en desarrollo, que gastan hasta un 75% de sus ingresos en alimentos”, añade Benavides. La FAO calcula por ejemplo que el aumento extremo de los precios de los alimentos en 2007/2008 contribuyó a un aumento del 8% del número de personas desnutridas en África.

La investigación constituye un primer intento de analizar cómo este tipo de fenómenos extremos debidos al cambio climático pueden afectar al precio de los alimentos si no se toman medidas urgentes. Propone la necesidad de realizar test de resistencia al estrés de nuestro frágil sistema alimentario, de la misma forma que se realizan a la banca para evaluar su resistencia y subsanar los problemas.

La investigación afirma que ninguna de las hipótesis presentadas es inevitable y que está en nuestras manos cambiar y fortalecer nuestro sistema alimentario. Son urgentes la reducción de emisiones de carbono, una renovada apuesta por invertir en agricultura sostenible en países en desarrollo y la financiación de la adaptación al cambio climático de los productores a pequeña escala.

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