El mundo necesita con urgencia un Tratado de Comercio de Armas que salve vidas
La sociedad civil pide a los líderes mundiales
que el Tratado sea sólido y eficaz
Cada minuto muere una
persona como consecuencia de la violencia armada, 1.440 personas al día. Desde
1989, 131 conflictos armados han causado la muerte de al menos 250.000 personas
al año. También cada año se producen 12.000 millones de balas, suficientes para
matar dos veces a cada persona en el mundo. Millones de personas mueren, sufren
heridas, son violadas y reprimidas, obligadas a huir de sus hogares como
consecuencia de un comercio de armas irresponsable y mal regulado. Un comercio
que además tiene un impacto desproporcionado sobre las mujeres que se ven
afectadas en aspectos a menudo invisibles y de los que apenas se habla, como la
violencia sexual, que puede producirse en una escala masiva. También tiene
graves consecuencias para los niños, niñas y jóvenes. Extremadamente preocupante es el uso de niños
y niñas soldado en países en conflicto por parte de fuerzas gubernamentales o
grupos armados.
En la recta final de
la aprobación en Naciones Unidas de un Tratado sobre el Comercio de Armas
(TCA), que comenzó ayer y finalizará el 28 de marzo en Nueva York, Amnistía Internacional, Intermón
Oxfam y Fundipau piden
a los líderes mundiales que se apruebe un Tratado sólido y apuesten por
el respeto de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. La Conferencia es una
ocasión única que parte con el apoyo expreso de 157 países que, el pasado 7 de
noviembre, adoptaron en la primera comisión de la Asamblea General
de Naciones Unidas una resolución convocando esta nueva Conferencia.
“El mundo no puede
esperar más. Intermón Oxfam estima que más de 325.000 personas han perdido la
vida a causa de la violencia armada desde que en julio del año pasado se
paralizaron las negociaciones sobre el Tratado, por la petición de Estados
Unidos, secundada por Rusia, China y otros países, de “más tiempo” para
estudiar el proyecto de texto. Es urgente llegar a un acuerdo, porque todo
retraso se mide en vidas humanas y en sufrimiento”, ha manifestado Jaime
Atienza, director de Campaña y Estudios de Intermón Oxfam
Amnistía
Internacional, FundiPau (Fundació per la
Pau ), e Intermón Oxfam llevan más de una
década denunciando cómo el comercio de armas no regulado contribuye a que se
cometan crímenes de guerra y graves violaciones de derechos humanos como
ejecuciones extrajudiciales, torturas o desapariciones en todo el mundo,
propicia que se puedan exacerbar conflictos y frena la lucha contra la pobreza.
Según datos de
Intermón Oxfam, los conflictos armados cuestan a África 18.000 millones de
dólares al año. La misma cantidad que reciben en ayuda anualmente. El 95% de
las armas más usadas en los conflictos africanos -los derivados del fusil
Kalashnikov- se fabrican fuera del continente. Al menos el 60 por ciento de las
violaciones de derechos humanos documentadas por Amnistía Internacional en los
últimos 10 años está relacionada con el uso de armas pequeñas y ligeras.
Siria, Mali o Sudán son claros reflejos de este comercio sin control. Rusia es el mayor proveedor de armas a Siria, a donde envía un 10% de sus
exportaciones, y se niega a detener los suministros. Pero no es el único país
que sigue suministrando armas al gobierno de Al Assad, que lleva acumulando
todo tipo de material. Por ejemplo en 2010, según Naciones Unidas, Siria
importó armas pequeñas y ligeras y munición provenientes de diversos países por
un valor superior a un millón de dólares. Todo ello mientras se acumulan
indicios de crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra por parte de las
fuerzas estatales sirias. Naciones Unidas calcula que en estos dos últimos años
unas 70.000 personas podrían haber muerto y el número de personas heridas
podría superar los cientos de miles.
Qué se espera del
Tratado
A las organizaciones
no les vale cualquier Tratado. La sociedad civil espera que de una vez por
todas los líderes políticos tengan el coraje y la capacidad de liderazgo para
aprobar una regulación del comercio internacional de armas que proteja los
derechos humanos.
Es necesario que el TCA que salga de la reunión de
Nueva York sea sólido, con estándares fuertes y pueda ser aplicable. Para
ello es necesario que incorpore una “Regla
de Oro”, según la cual los
Estados no autorizarán exportaciones de armas cuando exista un riesgo de que
vayan a ser usadas para cometer o facilitar violaciones del derecho
internacional de los derechos humanos o del derecho internacional humanitario.
La historia demuestra que los tratados internacionales más eficaces son fruto
de normas sólidas y completas, que se fijan desde el principio.
“Los Estados deben
asumir la responsabilidad de las armas que suministran. Mediante una evaluación
caso por caso, si existe un riesgo de que las armas se empleen para cometer o
facilitar que se cometan violaciones graves de los derechos humanos, la
transferencia no debe realizarse”, ha señalado Esteban Beltrán, director de
Amnistía Internacional España.
“EL TCA no es una
panacea, pero su consecución es parte esencial de la solución para lograr un
mundo mucho más seguro para miles de millones de personas”, ha resaltado Xavier
Masllorens, presidente de Fundipau, representante en España de IANSA (siglas
inglesas de Red Internacional de Acción sobre las Armas Ligeras).
Los mayores
exportadores de armas en el punto de mira
De cara a esta reunión
de Naciones Unidas, las organizaciones siguen manteniendo la presión sobre los
Estados que más armas exportan en el mundo, de los cuales son además miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y
China). Estos 5 países son responsables de más de la mitad del comercio
mundial de armas convencionales que ha fomentado atrocidades, cuyo valor total
anual es de casi 100.000 millones de dólares estadounidenses, según datos de
Amnistía Internacional. Por tanto tienen una responsabilidad especial en
conseguir un Tratado fuerte y vinculante.
La atención se centra
en Estados Unidos, el
mayor comerciante de armas del mundo, país que está intentando debilitar el
texto del proyecto del TCA pidiendo que no se incluyan en su ámbito de
aplicación determinados tipos de armas y municiones.
Sin embargo, ahora la administración Obama tiene la
oportunidad histórica de mostrar un firme compromiso con los derechos humanos e implicarse al máximo y adoptar un
Tratado que salve vidas. Para ello el Tratado debe incluir la “Regla de Oro” y
debe ser aplicable a todos los tipos de armas y municiones, así como al
material conexo, las piezas y la tecnología. Las transferencias deben incluir
el comercio internacional y también los regalos. Deben regularse los servicios
de intermediación, transporte y financiación. Los informes anuales deben
incluir información sobre todas las transferencias y actividades y deben estar
disponibles para el escrutinio de la opinión pública.
Por último, las tres
organizaciones piden al Gobierno
español que mantenga el mismo
apoyo en las negociaciones de estas semanas y que continúe promoviendo de
forma activa la aprobación del Tratado. En España se han conseguido más de 100
apoyos institucionales al TCA por parte del Congreso de los Diputados, 13
Parlamentos autonómicos, Diputaciones y Ayuntamientos.
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