Ropa con una sola tara


Vivimos en una sociedad de consumo de usar y tirar. Por eso nos hemos acostumbrado a pedirle a la ropa sólo funcionalidad y a menudo descuidamos todo lo que hay detrás de una etiqueta: quién la ha confeccionado, en qué condiciones laborales, a cambio de qué sueldo y con qué impacto en el medio ambiente.

Por suerte, existen pequeñas iniciativas que buscan y encuentran la perfección: diseñan ropa bonita, de calidad, a precios asequibles y con la garantía de que todo se ha hecho en buenas condiciones. Nos permiten convertirnos en consumidores más responsables. Es el caso de Veraluna Comercio Justo, una línea de ropa sobre todo para mujer que Intermón Oxfam lanzó en 2012, y que cumple con todos los criterios del comercio justo. Nos asegura, además del estilo y la calidad del producto, que los y las trabajadoras de la India que la fabrican cobran un salario digno, que disfrutan de buenas condiciones laborales, que no hay discriminación entre hombre y mujer y que el impacto sobre el medio ambiente es el mínimo posible.

Ya ha llegado a las tiendas de Intermón Oxfam la colección de primavera-verano 2013 que, como las anteriores, es casi perfecta: muy bonita de mirar, de tocar, de oler… Sólo tiene un defecto: no se puede comer. A menudo las clientas de Veraluna Comercio Justo alaban la calidad de la ropa mucho antes de probársela, porque para la vista y el tacto es ya toda una experiencia muy agradable. Esto se debe a los colores vivos y los tejidos naturales que se utilizan, como en el caso de esta temporada, la gasa, la seda o el algodón.

La colección incorpora una novedad exclusiva para esta temporada: un bolso de mano “by Judit Mascó”. La top-model colabora desde hace años con Intermón Oxfam y gracias a este bolso ha podido reunir por primera vez en un solo proyecto dos de sus pasiones: la moda y el comercio justo. Se trata de un bolso de mano muy práctico ya sea como bolsa de viaje o bien, por ejemplo, como bolsa para ir al gimnasio. Se han producido sólo 400 unidades, de ahí la cierta exclusividad del producto. Gracias a iniciativas como Veraluna Comercio Justo la ropa deja de ser un producto de usar y tirar, y se convierte en un producto para usar y admirar, por la cantidad de beneficios sociales que comporta  para los grupos productores.


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