El G20 falla a los mil millones de personas que padecen hambre en el mundo entero


El G20 ha dejado de lado de nuevo la dimensión social de la crisis y ha fallado a los millones de personas que están sufriendo los efectos de la estrechez presupuestaria, afirmó la agencia internacional Oxfam, Intermón Oxfam en España. Este es un grave riesgo para la estabilidad a largo plazo, con la amenaza de que las desigualdades se disparen. Los líderes del G20 se enfrascaron en una serie de desacuerdos acerca de cómo promover el crecimiento económico global y cómo solucionar el problema de la zona Euro, y se han olvidado de los que sufren la inacción política y las consecuencias de la falta de recursos tanto como de la mala regulación de los mercados financieros. En su rueda de prensa hoy tras concluir la cumbre del G20, el Presidente Rajoy ha insistido en que “va a seguir haciendo las reformas que requiere la economía española”.

El portavoz de Oxfam, Carlos Zarco, afirmó: “Éste es un resultado inmensamente decepcionante. La crisis europea desvía el foco de atención de los graves problemas del modelo de crecimiento que ha demostrado sus efectos perjudiciales. Los líderes están fallando por su falta de visión y de soluciones efectivas, a pesar de que más de la mitad de personas pobres viven en países del G20.”

FINANCIACIÓN PARA EL DESARROLLO


La ayuda oficial al desarrollo ha caído por primera vez en 14 años. En España, la reducción ha sido de casi el 50% del presupuesto. Sin embargo, los jefes de Estado no han apoyado otras soluciones a los problemas de erradicación de la pobreza y de lucha contra el cambio climático. La Tasa a las Transacciones Financieras, una de las alternativas más viables y en la que Europa está cerca de alcanzar un acuerdo para su implementación, ni siquiera ha sido debatida. Sin embargo, podría permitir recaudar recursos fundamentales para financiar políticas sociales. La Tasa a las emisiones del transporte marítimo, con la que se podría dotar de 25.000 millones de dólares adicionales la lucha contra los efectos del cambio climático, también se ha quedado fuera.

SEGURIDAD ALIMENTARIA

Se esperaba que la Seguridad Alimentaria fuera una prioridad para esta Cumbre, pero el G20 no ha presentado un plan para garantizar el derecho a la alimentación para los mil millones de personas en todo el mundo que todos los días padecen hambre. Esto es aún más preocupante cuando esta cumbre coincide con la crisis alimentaria en Sahel en la que 18 millones de personas están al borde de la hambruna.


Los biocombustibles –un factor determinante con un efecto directo sobre la volatilidad en los precios de los alimentos y la inseguridad alimentaria a nivel global– han sido ignorados  a pesar de las recomendaciones de múltiples agencias internacionales para eliminar los subsidios a la producción y comercialización. Tampoco se hace mención a los pequeños agricultores como un elemento central a la seguridad y la productividad alimentarias, y no existe un plan para apoyar a las 200 millones de pequeñas explotaciones agrícolas familiares que existen en los países del G20.

LUCHA CONTRA LA EVASIÓN FISCAL

Este ha sido uno de los pocos puntos en los que se han logrado avances significativos. La evasión fiscal es una auténtica sangría para todos los países y para los más pobres en particular. Cada año salen cerca de 1 billón de dólares hacia paraísos fiscales, de forma ilícita, minando la capacidad de los países para financiar sus políticas fiscales o los planes de reducción de la pobreza a largo plazo. La mayor parte de estos flujos son el resultado de prácticas abusivas de grandes multinacionales que desvían beneficios de los países en los que operan hacia paraísos fiscales. Según Eurostat, la inversión europea hacia paraísos fiscales se multiplicó por 11 en la última década. Y en España, según el informe del Observatorio de RSC, cada año aumentan las filiales de las empresas del IBEX 35 registradas en paraísos fiscales, a pesar de la crisis. Según Zarco, “para poner freno a la evasión y elusión fiscal, es necesario romper con la opacidad con la que operan estas jurisdicciones. Por ello es un paso significativo que el G20 impulse la adhesión de todos los países  -incluidos los paraísos fiscales- a una convención multilateral que los obligue a intercambiar la información fiscal. Es un lástima que, al reconocer también el incremento de las prácticas de planificación fiscal, no haya promovido una mayor transparencia en la rendición de cuentas de las empresas cuando coincide con una reforma legislativa de la UE que obligaría a desglosar todos los pagos a gobiernos, país por país, al menos a las empresas mineras, gasísticas y petroleras. Esto demuestra que la lucha contra la evasión fiscal es una vía para la recuperación de los equilibrios presupuestarios con mucho más impacto y potencial que la reducción de las partidas sociales.”


Zarco afirmó: “Este fracaso colectivo de la voluntad política es impactante, y será necesario buscar soluciones durante los últimos meses de la Presidencia mexicana del G20. Las personas y los países pobres no merecen menos.”

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