#Sahel2012 Día de Acción Global
Más de 18 millones de personas están en riesgo de sufrir una grave crisis alimentaria en la región del Sahel situada entre África Occidental y Central. La situación es extremadamente preocupante en Mauritania, Níger, Burkina Faso, Malí, Chad, Gambia y Senegal debido a la escasez de precipitaciones, a las malas cosechas, los precios de los alimentos, así como la falta de inversión en infraestructuras y servicios sociales. Los conflictos regionales en Nigeria y Mali, por los que más de 320.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en búsqueda de refugio, agravan la situación. Necesitan urgentemente agua y alimentos.
La combinación letal de factores
tales como los conflictos regionales, los altos precios de los alimentos, la
sequía, así como la pobreza arraigada y la falta de inversión en
infraestructuras y servicios sociales ha llevado a que países como Chad, Burkina
Faso, Malí, Mauritania, Níger, Senegal y Gambia se enfrenten otra vez a la
amenaza de una grave crisis. La inseguridad alimentaria podría afectar a más de
18 millones de personas en toda la región del Sahel de África Occidental y
Central, entre ellas a más de 1 millón de niños y niñas que podrían padecer
desnutrición grave, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos
Humanitarios de la ONU (OCHA).
La situación podría desembocar en
una emergencia humanitaria a gran escala, teniendo en cuenta que en la región
ya se registran tasas de malnutrición de entre el 10 y el 15 por ciento, y en
algunas zonas de Chad estos índices superan el umbral de emergencia del 15 por
ciento.
En Chad, 3,6 millones de personas
sufren inseguridad alimentaria en las áreas de Kanem, Bahr El Gazal, Batha,
Guéra, Ouaddaï y Wadi Fira, donde las lluvias han sido escasas y han sufrido el
ataque de los pájaros y plagas de insectos. En Burkina Faso, todavía
recuperándose de las inundaciones sufridas en 2010, cerca de 2,8 millones de
personas están bajo la amenaza de crisis alimentaria.
Más de dos tercios de la
población de Níger –sobre 6,4 millones de personas- se encuentran en la misma
situación, sobre todo en las áreas de Tillabery, Tahoua, Diffa y Agadez. En
Mauritania, más de 700.000 personas de las zonas de El Charghi, Hodh el Gharbi,
Tagant, Gorgol, Brakna, Guidimaka y Assaba sufrirían de inseguridad
alimentaria. A este grave escenario, se suman también las poblaciones de Mali,
de Senegal, con más de 850.000 senegaleses, y en Gambia, con 700.000 personas.
Esta situación se explicaría,
entre otros motivos, por la irregularidad de las lluvias que ha traído como
consecuencia una mala cosecha en la región. Según la FAO, la producción
agrícola en la región se ha reducido un 26 por ciento desde 2010. En países
como Gambia y Chad habría descendido hasta en un 50 por ciento si se compara
con cifras del año pasado.
Además, en toda la región, los
precios de los alimentos se han incrementado en una media de entre el 25 y el
50 por ciento en comparación con el promedio de los últimos cinco años. En
Níger y Chad sería entre un 28 y un 47 por ciento más caro comprar alimentos y
en Burkina Faso y Mali entre un 50 y 60 por ciento. En algunas zonas, como el
norte de este país se llegaría hasta un alarmante 300 por ciento. En el caso
del maíz, un alimento básico en la región, el incremento ha llegado al 85 por
ciento. Las previsiones son muy preocupantes, ya que se estima que los precios
podrían aumentar hasta un 30 por ciento más durante el apogeo de la temporada
de hambre, entre julio y agosto.
La situación de inseguridad en la
zona está agravando la crisis. Los conflictos armados en Nigeria y en Mali
están dificultando el suministro de comida a las comunidades más vulnerables,
que estarían en necesidad urgente de agua, alimentos, saneamiento y refugio. El
golpe militar del pasado 22 de marzo en Mali, resultado de la escalada del
conflicto que comenzó el pasado enero en el norte del país entre el ejército y
los insurgentes tuareg, ha provocado la huida de más de 320.000 malíes de sus
hogares, que se une a la amenaza de crisis alimentaria que sólo en este país
afectaría a más de 3,5 millones de personas. En Níger, algunos puestos
fronterizos de los estados de Borno y Yobe han sido cerrados debido a la
inseguridad.
Desafortunadamente, esta
situación no es nueva en el Sahel. Sus tasas de desnutrición crónica se
encuentran entre las más elevadas del planeta. Se estima que más de 645.00
niños y niñas mueren cada año, de estas muertes cerca de 300.000 estarían
relacionadas con la malnutrición. La amenaza de crisis alimentaria tiene lugar
en un contexto de vulnerabilidad crónica en la región. Desde la década de los
70, esta zona de África se enfrenta de manera cíclica a este tipo de crisis, lo
que ha contribuido a deteriorar los medios de vida de las comunidades y
hacerlos más vulnerables.
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